jueves, agosto 25, 2011

¿Y la ciencia qué?

Colombia es un país de letras. Un país de literatos, de poetas y de autores. Un país de libros que procura manetener vigente su fama internacional de pulcritud idiomática. A diario los colombianos en el exterior reciben congratulaciones por su refinado castellano, por su dicción pausada y melódica. Y también por sus autores, clásicos y contemporáneos: por José Asunción Silva, Rafael Pombo y José Eustasio Rivera; por García Márquez, por Mutis y por Juan Manuel Roca. De manera que hemos terminado por creer, con razón o no, que hablamos el mejor español del mundo. Hemos tenido un presidente poeta y dado cuna a uno de los seis Premios Nobel de literatura que han salido de Latinoamérica. A nuestra capital llegaron incluso a llamarla (¿quiénes?, me pregunto yo) la Atenas Sudamericana.

Pero en algo no nos parecemos a la Grecia Clásica, a la Atenas de la Akademia Platónica, y es en que la patria de Pericles, al tiempo que produjo grandes historiadores y brillantes dramaturgos, también produjo hombres de ciencia que llegaron a cambiar la concepción de la naturaleza basados en un conjunto de ideas que hicieron de la observación y el análisis lógico la herramienta principal para extraer conocimiento del Cosmos. De allí surgió Epicuro, que como Demócrito hablaba de átomos y de cómo la naturaleza era regida por sus interacciones. De allí nos vino también Anaximandro, quien por primera vez propuso un modelo mecánico del mundo y habló de múltiples mundos en otras estrellas lejanas. Y de los polvorientos desiertos de la Libia griega surgió Eratóstenes, que llegó a calcular el tamaño y la curvatura de la Tierra usando sólo un par de estacas clavadas en el suelo.

Colombia no sabe de ciencia. No sabe de ciencia como nación, pues es innegable que existen en el país reconocidos y excelentes grupos de investigación. Es un semillero prolífico de brillantes estudiantes y de afamados científicos que tienen que irse a aprovechar sus cerebros en otras tierras. A diferencia de otras naciones latinoamericanas que ya cuentan con una sólida estructura científica y tecnológica, empezando por una inversión muy superior al irrisorio 0.18% del PIB que invierte nuestro país en ciencia y tecnología, Colombia está rezagada, muy rezagada, y me temo que aunque siga produciendo esos grandes literatos que nos son tan necesarios, lo seguirá estando a menos que todas las instancias de la sociedad colombiana se apropien del conocimiento científico y reconozcan su provecho como motor económico y de desarrollo. Brasil acaba de firmar un millonario contrato con el Observatorio Europeo Austral (ESO) para entrar a hacer parte del complejo astronómico más grande del planeta, que cuenta con los telescopios más potentes del mundo. Con esa inversión Brasil no sólo descubrirá nuevos planetas, sino también nuevas maneras de combatir la pobreza.

Pero de la mano de una inversión sólida por parte del Estado (a propósito, ¿en qué va lo del uso de las regalías para inversión en ciencia y tecnología?), debe venir una apropiación de la ciencia en todos los niveles de la sociedad. Los colombianos necesitamos empezar a hablar de ciencia, a disfrutar de la ciencia, y a beneficiarnos de sus métodos y resultados, más allá de las escuetas noticias científicas que aparecen una vez al mes en la sección de curiosidades de los periódicos. Por la sencilla razón de que los descubrimientos científicos despiertan la curiosidad y fomentan el pensamiento crítico de las generaciones jóvenes. Y porque un pensamiento estructurado y crítico de sus jóvenes es lo que necesita una nación agobiada por los fantasmas que son producto de las leyes de la selva que nos rigen desde nuestra independencia: violencia, corrupción, esoterismo. Por supuesto, la discusión científica no es la única manera de lograrlo, pero si la miramos en el conjunto de todos sus demás beneficios, es tal vez la más provechosa.

Por eso inicio hoy este blog. Para divulgar, pero sobre todo para discutir asuntos científicos desde mi modesta posición de jóven investigador, que me será sin duda insuficiente para proveer una visión completa de lo que pasa en el mundo científico. Quisiera contribuír un poco al trabajo de muchos otros divulgadores que acercan la ciencia al público general y motivan a las nuevas generaciones. Pero sobre todo quiero que con cada nuevo descubrimiento científico, los lectores vean una oportunidad de liberar a Colombia de sus fantasmas. Ojalá me lean.

miércoles, junio 15, 2011

José Obdulio es Richelieu


Ahora que el ilustre y versado José Obdulio ha dado en comparar nuestra intrigas políticas con los hechos históricos de Francia, y ahora que este magnánimo exponente de la corriente de pensamiento basada en la mano firme y el corazón grande, quiere convertir al cuestionado y (condenado) coronel Plazas Vega en el Dreyfus criollo, condenado injustamente por maquinaciones políticas, es hora de agradecerle por abrirnos los ojos, y demostrarnos que la nuestra es una copia fidedigna de la gloriosa historia de los franceses, sólo que atrasada en los siglos, y estancada en sus sueños caudillistas en medio del absolutismo más barato.

Así es. En la agudísima mente de ese gran pensador que es José Obdulio, somos una Nación que debe regirse con los métodos del absolutismo francés del siglo XVII, con un monarca de poder incuestionable alrededor del cual giran los asuntos e instituciones del Estado como los planetas alrededor del Sol. Allí está el Rey Sol, el Doctor Uribe, sentado en su trono de oro macizo impartiendo sus órdenes con augustísimos gestos de su cabeza, y recibiendo la pleitesía de sus atentos súbditos, mientras los pobres de la calle siguen pidiendo pan, pues no lo tienen, y tal vez una gran dama del uribismo, acaso Lucero Cortés o Marta Lucía Ramírez, se apiade de estos pobres y ordenará, como Maria Antonieta en las vísperas de la Revolución, que si no tienen pan, ¡pues que les den pastel!

Y él, José Obdulio mismo, quien en un principio pensé que quería ser la pluma brillante de Émile Zola, defendiendo con su tinta al injustamente condenado coronel Plazas, se ha erigido más bien en un Primer Ministro omnipotente, en un RIchelieu de los tiempos modernos, coordinando la propaganda del absolutismo, aplastando a los opositores, como Richelieu aplastó a los hugonotes de la Rochelle, y defendiendo la tesis de que, sin lugar a dudas, L'état, c'est Uribe. ¡Cuánta gloria le aportó Richelieu al Reino de Francia, y cuánta gloria nos trae José Obdulio con sus tesis! Tan sólo falta que nuestras tropas, heróicas como las de Napoleón que invadieron Egipto, le den el puntillazo final a los narcoterroristas, antes de que la hecatombe se consume y nuestras fuerzas protegidas de Dios salgan vencidas y humilladas, como el ejército imperial salió de Moscú.

Y si Luis XIV se cansó del Louvre y se fue a gobernar desde Versalles, así mismo nuestro líder se ha apartado de la capital y se ha ido a gobernar desde el Palacio del Ubérrimo, que a falta de bellos jardines cuenta con extensas hectáreas de pastos y ganado, y desde allí sigue dirigiendo los destinos de la Patria, aunque lo nieguen la bigornia comunista y los antiguos aliados que se han vuelto ahora en contra del verdadero monarca y han abrazado la causa del usurpador Santos, a quien deberíamos encerrar en nuestra Bastilla criolla, la cárcel de la Picota, con una máscara de hierro que oculte para siempre sus culpas, sus falsos positivos, y su gobierno, al que los ignorantes han llamado liberal, al no tener otra referencia que los ocho años de absolutismo.

Lamento que José Obdulio se equivoque. Lamento que el mártir judío del ejército francés no se parezca a Plazas Vega, y lamento sobre todo que el absolutismo criollo esté destinado a derrumbarse, como se derrumbó la monarquía milenaria de los Capetos, los Valois y los Borbones de Francia cuando la gente se cansó de tanta payasada. Ojalá le quede a José Obdulio al menos la tranquilidad de haber intentado, de una y mil maneras, hacernos súbditos del miedo.

martes, mayo 31, 2011

Gold fever, drug fever

Among the many fundamental reasons to oppose unbridled capitalism, in which the economic profit of a few prevails over the interests and welfare of society as a whole, perhaps the most frightening one is the ability of the economic power of certain groups or individuals to distort the moral and the will of an entire state. Law and justice become docile tentacles of the interests of large economic groups and that is not only a clear violation of democracy, but a direct attack on the most fundamental principles of solidarity and equality.

And yet, some would have us believe that unbridled capitalism and democracy go hand in hand and intertwined. When leaders of a major superpower say they want to bring democracy to countries oppressed by authoritarian regimes, what they really mean is that they want to establish a government there to take care of the their greedy interests. History has shown repeatedly that it has not been the most noble principles of humanity, but the most egoistic economic interests that have driven the most important decisions of global politics. Or has anyone seen perhaps a successfully implemented democracy in Iraq, Afghanistan, or any of the territories now occupied by foreign troops?

This might sound to may people as cheap left-wing rhetoric. To me, it sounds like an evident reality. To make this point clearer, I want to bring up one of the most sad, bloody and dangerous results of wild capitalism: the almighty power of drug traffickers in Latin America countries. For decades, Colombia has been living side by side with the cancer of drug trafficking. It has permeated everything: politics, law, government, guerrillas, morality, decency, respect for life. For over 30 years the global policy on drugs has been the relentless persecution and criminalization of the production, distribution, sale and consumption of narcotics, and Colombia has taken the brunt of this war, an internal armed conflict almost entirely funded with revenues produced in the illegal drug trade, leaving millions of victims each year.

The much acclaimed "war on drugs" has not yielded the expected results, and we should not have a doctorate in sociology to understand that the reason why this war is not won is precisely because the stablished policies behind this war make drug traffickers powerful. Prohibit something, and you will make it valuable. The unquestioned power of Al Capone in the decade of the Great Recession is an easy example that applies here: a power based on the prohibition of alcohol. For those who study the drug problem on a global scale, it is perhaps clear that the controlled distribution of narcotics and the approach to this matter as a public health problem is the least painful solution. The drug trade should be the monopoly of states. There are many voices clamoring for this type of solution, and here I will not stop to explain the otherwise evident reasons for this approach.

And yet, we continue with a tough policy against drug trafficking in Colombia that has not worked, On the contrary, this policy is now threatening Mexico to turn it into a battleground between traffickers who buy weapons in the United States and a state that is forced to act within the law to attack a cancer that does not know any rules. The question is then: why do we continue with this policy? The extremely conservative and moralistic attitude of a significant part of public opinion and the U.S. Congress is only part of the explanation.

The true reason for this policy is related, I am afraid, to the greed od certain economic groups. The circulation of narcotics continues to be criminalized because criminalizing it is profitable -very profitable- for a few fortunate ones. Not only weapon trade between Mexico and the United States benefits from the drug war in Mexico (as it benefits from the war against terrorism in the Middle East). Another important source of revenue for a sector of U.S. economy is visibly improved with the worldwide prohibition policy: the private prison system. In the United States, a considerable fraction of the prisons are maintained by private entities, for which each inmate is translated into several thousand dollars in profit. The state is no longer the only responsible for applying punishment to the convicts. The punishment of criminals has become a business (what would Foucault say?). And, oh surprise! Drug trafficking is the main source of prisoners in the modern world.

We can imagine the enormous pressure that, through congressional lobbying, is exerted by those who own the production of weapons and jails in the United States. We should exert our own pressure to make sure that the controlled distribution of narcotics is at least discussed seriously by the governments worldwide. It is time to start demanding from governments around the world something that should be natural for them to do by own initiative: that the interest of the mankind as a whole should prevail over the particular interest. Maybe now that people are being decapitated by dozens on the streets of Sonora, much closer to the Arizona border than the far away Medellín, they will finally start to listen.

viernes, mayo 27, 2011

Fiebre del oro, fiebre de la droga

Entre las muchas razones fundamentales para oponerse al capitalismo salvaje, en el cual el beneficio económico de unos pocos prima sobre los intereses y el bienestar de la sociedad en su conjunto, tal vez la más pavorosa es la capacidad del poder económico de ciertos grupos o individuos para torcer la moral y la voluntad de un Estado entero. La ley y la justicia se convierten en tentáculos dóciles de los intereses de los grandes grupos económicos y eso no es sólo una transgresión evidente de la democracia, sino un ataque directo a los principios más fundamentales de la solidaridad y la igualdad.

Y sin embargo, algunos quieren hacernos creer que el capitalismo salvaje y la democracia van de la mano, entrepiernados y entrelazados. Cuando los líderes de las grandes potencias dicen que quieren llevar la democracia a pueblos oprimidos por regímenes autoritarios, lo que quieren decir en realidad es que quieren implantar allí un gobierno que vigile los intereses de su avaricia. Ya la historia ha demostrado varias veces que no son los más nobles principios de humanidad, sino los más bajos intereses económicos los que dirigen las decisiones de la política global. ¿O acaso alguien ha visto una democracia exitosamente implantada en Irak, Afganistán, o cualquiera de los territorios actualmente ocupados por tropas extranjeras?

A muchos esto les suena a retórica izquierdista barata. A mi me suena a justo reclamo y a evidente realidad. Y para concretar mi punto quiero traer a discusión uno de los resultados más tristes, sangrientos y peligrosos de la capacidad cegadora del capitalismo salvaje: el poder incalculable del narcotráfico. En Colombia llevamos décadas enteras conviviendo con el cáncer exterminador del narcotráfico. El tráfico de drogas lo ha permeado todo: la política, la justicia, el gobierno, las guerrillas, la moral, la decencia, el respeto por la vida. Por más de 30 años la política global contra las drogas ha sido la criminalización y la persecución implacable de la producción, la distribución, la venta y el consumo de narcóticos, y Colombia ha llevado la peor parte de esta guerra, con un conflicto armado interno financiado casi por completo con los réditos producidos en el comercio ilegal de drogas, y que deja millones de víctimas cada año.

La tan afamada "guerra contra las drogas" no ha dado los resultados esperados, y no hay que tener un doctorado en sociología para entender que la razón por la cual esta guerra no se ha ganado es que justamente la política que inspira esta guerra hace poderosos a los narcotraficantes: la prohibición. Prohibe algo, y lo harás valioso. Ahí está el poder incuestionable de Al Capone en la década de la Gran Recesión para comprobarlo: un poder basado en la prohibición del alcohol. Para quien estudie el problema a escala global, resultaría evidente que la distribución controlada de narcóticos y el tratamiento del asunto como un problema de salud pública es la solución menos dolorosa. El narcotráfico debe ser monopolio de los Estados. Ya muchas voces claman por este tipo de solución, y aquí no me voy a detener a explicar las razones, por lo demás evidentes.

Y sin embargo, seguimos con una política de mano dura contra el narcotráfico que en Colombia no ha dado resultados, y ahora amenaza a México con convertirlo en un campo de batalla entre narcos que adquieren sus armas en Estados Unidos y un Estado que se ve forzado a actuar dentro de la Ley para atacar un cáncer que no conoce regla alguna. ¿Y por qué continuamos con esta política? La actitud extremadamente conservadora y moralista de una parte significativa de la opinión y el Congreso norteamericanos es sólo parte de la explicación.

La verdadera razón es el capitalismo salvaje. La circulación de narcóticos sigue siendo criminalizada porque criminalizarla es rentable -muy rentable- para algunos afortunados. No sólo el comercio de armas entre los Estados Unidos y México se beneficia de la guerra contra el narcotráfico en México (como se beneficia del la guerra contra el terrorismo en Oriente Medio), sino que además existe otra importante fuente de ingresos para un sector de la economía gringa que se ve visiblemente mejorada con las políticas antidrogas en el mundo: el sistema penitenciario privado. En los Estados Unidos, una fracción considerable de las cárceles son mantenidas por entidades privadas, para las cuales cada interno se traduce en varios miles de dólares de ganancia. El estado ya no es el único responsable de aplicar punición a los convictos. Castigar se ha convertido en un negocio (¿qué pensaría Foucault?). Y, oh sorpresa! El narcotráfico es la principal fuente de reos en el mundo.

No es difícil imaginar la enorme presión que a través del lobbing congresional ejercen los grupos económicos dueños de la producción de armas y cárceles en Estados Unidos. Es hora de empezar a exigirle a los gobiernos del mundo algo que debería ser natural que hicieran por sí mismos: que en las decisiones han primar el interés general sobre el particular. Tal vez ahora que se decapitan personas por decenas en las calles de Sonora, por fin comiencen a escuchar.

lunes, mayo 02, 2011

De la santidad y otras pestes

La santidad, lejos de ser una señal de la intervención de Dios en los asuntos terrenales a través de unos cuantos escogidos, no es más que un resultado de los vientos políticos. Los santos son santos no porque Dios lo quiera, ni porque hayan en verdad oficiado milagros inverosímiles, como multiplicar panes o curar leprosos, sino porque al poderoso de turno le conviene que lo sean. Si no me creen, ahí está el ejemplo de Luis IX de Francia, el bisnieto energúmeno de Hugo Capeto que hizo construir la Sainte-Chapelle como celebración de la sangre que él y sus aliados cruzados derramaron en las mal llamadas Tierras Santas, y que fue canonizado sin chistar apenas 27 años después de su muerte por Bonifacio VIII sin que la historia haya tenido tiempo de juzgarlo por sus acciones non-sanctas.

Podría escarbar en la vida de cada santo que ha canonizado la Iglesia de Roma, y encontraría allí más favores políticos y arreglos maliciosos con los poderes terrenales, que manifestaciones piadosas de naturaleza divina. Pero no tengo el tiempo ni las ganas. Mejor detengámonos en el último ejemplo, tal vez el más mediático de la historia.

Lo que se multiplicó durante el papado de Karol Wojtyla no fueron panes, sino abusos sexuales por parte de los curas. De lo que se curó a la Humanidad durante el mandato del "Papa viajero" no fue de la lepra, sino del aún más asqueroso cancer del Comunismo, por supuesto. Lo que se predicó no fue el amor al prójimo, sino el rechazo a los preservativos en tierras azotadas por el sida. Pero Juan Pablo II también será santo, más temprano que tarde, y poco tiempo después se aparecerá en las paredes húmedas de una familia humilde de Malambo, Atlántico.

Tan volátil es la naturaleza de la santidad, que un triunfo de la Unión Soviética en la Guerra Fria habría seguramente relegado al polaco más famoso después de Copérnico a un muy modesto paso por la historia. Pero fue la fé católica y capitalista la que triunfó sobre el ateísmo autoritario de los soviéticos, y entonces tenemos que aguantar otro espectáculo más en la plaza de San Pedro, y no tardarán algunos fanáticos en decir que la muerte del impío terrorista Bin Laden es la primera acción piadosa del nuevo beato.

Mientras tanto, los obispos siguen confesando como "jugaban" con los muchachitos abusados y para siempre traumatizados por la sed irracional producida por el celibato, y el Vaticano se sigue enriqueciendo a costa de la fe ciega de quienes no encuentran otra salida a su miseria que la promesa de una vida de riqueza espiritual en el Paraíso, al lado de Karol Wojtyla y de los demás piadosos santos. Mientras tanto, en fin, las doctrinas de la Iglesia siguen siendo el opio del que se nutren los líderes mundiales para seguir dándole esperanza a los pueblos cansados, ignorantes y miserables.

Yo, por eso, no celebro la beatificación del polaco, ni la muerte del saudí. Porque en la oscuridad de las mentiras mediáticas se puede quedar enredado para siempre nuestro futuro. Y yo prefiero verlo venir.

sábado, marzo 19, 2011

Adios a la abuela

El viernes me despertó la noticia de la muerte de la abuela Blanca. Partió para siempre, a su antojo, a las ocho de la noche en su cuartico nostálgico de Soacha, metida en el mismo lecho cubierto de flores donde murió el abuelo Rafael hace ya cinco años y medio. A esa hora yo me iba a la cama al otro lado del mundo después de haber discutido por horas sobre los sacrificios a que nos vemos obligados los que seguimos el camino incierto de la Academia. Los sacrificios como no poder abrazar a tu padre cuando lo necesita o no haber pasado una última tarde con la abuela a la sombra de las platas del jardín. Sacrificios tanto más dolorosos, cuanto que no nos garantizan que darán fruto alguno.

Traté de recordar qué había soñado esa noche mientras la familia distribuía la noticia por el mundo, y antes de recordar que sólo había visto en mis sueños a los amigos del colegio, ya me había percatado que hace rato dejé de buscar en los sueños secretos ocultos sobre el futuro. Ni siquiera Santiago Nasar pudo ver su propia muerte en el sueño de higueras que antecedió al día de su asesinato. Preferí tranquilizarme recordando la larga vida de la abuela, la resolución de sus ímpetus, su amoroso matrimonio que duró 52 anos y el amor infinito que siempre nos profesó a cada uno de sus hijos y nietos. Preferí recordar que cuando los abuelos llegaron a Soacha desde La Mesa para construir la casa de la que ahora sólo quedan muros y recuerdos, no sólo cimentaron los sólidos fundamentos de su amor, sino también los gruesos pilares de nuestro destino.

Siempre me sorprendió la energía de la abuela, su lucidez y su independencia. Sólo después de la muerte del abuelo y cuando comenzaron para no retroceder los dolores de su vejez la vi desfallecer poco a poco, y aún así hasta hace tres o cuatro semanas todavia me preguntaba en el teléfono por las inclemencias del invierno en Holanda. Esa energía y esa lucidez fueron los faros que guiaron la educación de sus hijos y que los puso en el camino seguro que los llevó de las duras labores de construcción con el abuelo a las Universidades y los países lejanos. Fueron sus enseñanzas de honradez las que han guiado su vida. Esa honradez de la que nosotros, quienes conocemos a sus hijos, no dudamos un instante y que ha sido el regalo mas importante que nos dejó la abuela. En mi padre, el mayor, siempre ví la decisión, la energía y la determinación que la abuela les inculcó en los años difíciles de la infancia y que a Ricardo le han permitido ser un gran padre y un estudioso incorregible, capaz de sentarse en el pupitre de la Academia pasados los cincuenta años y hacerse abogado porque eso es lo que quería.

Cuando mi hermano y yo éramos pequeños y vivíamos en su casa, la abuela nos escondía canicas en las esquinas y nos hacía creer que aparecían de milagro, traídas de galaxias lejanas por algún ser misterioso. Lo hacía sólo para vernos aturdidos y felices sin recibir crédito alguno. Tal vez esa fue la más hermosa de sus cualidades: la de darnos un amor infinito sin esperar nada a cambio, porque nuestra felicidad, la de sus hijos y nietos, era la suya. Hoy que la despedimos, con nuestro amor, con su recuerdo en nuestras mentes y con la certeza de que actuaremos siempre de acuerdo a sus enseñanzas de perseverancia y cariño, le devolvemos algo de ese crédito que se merece tras una vida dedicada a los suyos.

Gracias, abuelita Blanca. Con nosotros te quedas para siempre.

Marzo 19, 2011

martes, febrero 22, 2011

Adalides democráticos

Alentado por la poca audiencia que sin duda tiene este blog en estos tiempos en que hay tantas cosas interesantes por leer ahí arriba en las redes sociales, los sitios en línea y los grandes portales de noticias, y bajo el riesgo de que quien la lea pueda tomarme por un facineroso amigo de las revueltas, el socialismo o el mamertismo, como los que hacen tambalear a las dictaduras del mundo árabe, me voy a permitir hacer una crítica de la democracia participativa en una sociedad corrompida y embelesada por las luces fulgurantes del poder, la ignorancia y la falta de oportunidades.

La crítica es puntual, y seguramente ha sido ya expuesta con mejores argumentos por algún académico de la democracia y las sociedades. Hela aquí: creo que la democracia participativa, en tanto método de elección de gobernantes, no garantiza de ninguna manera la elección de los mejores, sobre todo en aquellas democracias donde el sufragio es manipulado a través de medios parcializados, prebendas o incluso intimidación violenta, y por lo tanto, no garantiza las mejores condiciones para los electores. Esta crítica, que parece obvia, implica también que el apoyo popular no puede ser un escudo que permita el abuso de poder y evite la crítica.

En nuestros días y en el pasado se ha esgrimido enfáticamente el argumento de que la mayoría electoral le da al gobernante de turno la potestad para hacer lo que le venga en gana, o al menos invulnerabilidad frente a justas críticas a su gestión. Lo vimos hace siete décadas en Alemania, lo vemos hoy en las democracias de Próximo Oriente donde las elecciones presidenciales son una farsa para reivindicar en el poder al gran señor que lleva sentado en la poltrona presidencial las últimas cinco o seis décadas. Lo vemos en Colombia, cuando basados en su éxito electoral, nuestros presidentes tratan de imponernos un estado de opinión según el cual el apoyo del pueblo (al que previamente se le ha comprado su voto) es el constituyente básico -y sobre todo incuestionable- de las leyes de una nación.

Por supuesto, tan pronto como el apoyo popular se esfuma, ya no es necesariamente la voluntad popular la que cuenta a la hora de manejar los más altos asuntos del estado. El pueblo deja de ser el constituyente básico del que emanan todas las leyes y todos lo poderes, tan pronto como, aún aturdido, despierta de un largo letargo y lanza una patada desestabilizadora. Entonces lo mejor que el presidente demócrata encuentra para conjurar la crisis es intimidar a las hordas con la fuerza de los tanques y las bombas, amenazarlos con una guerra civil, o simplemente vociferar que se trata de propaganda patrocinadora de los terroristas. Porque el pueblo, para muchos de esos egregios dirigentes que desde arriba intentan sentar cátedra de autoridad moral, no es el pueblo como tal, sino el pueblo que se inclina ante sus demandas. O están conmigo o están contra mí. Los demás, por supuesto, son terrorista vestidos de civil.

A Silvio Berlusconi, ese emprendedor hombre de negocios que ha ejercido la Presidencia del Consejo de Ministros de Italia en tres ocasiones, lo vi ayer en varios videos de archivo que circulan en internet. Lo escuché frente el Parlamento Europeo comparando a un diputado del Partido Socialista alemán con un oficial de la SS Nazi, porque el germano se atrevió a cuestionar el manejo de la política interna italiana que tenía repercusiones a nivel europeo. Lo escuché diciendo que aquellos que no votaban por él, a quienes él se refiere indistintamente como "la sinistra", eran unos imbéciles. Pero lo que más me sorprendió fue verlo ironizando acerca de los llamados "vuelos de la muerte" durante la dictadura argentina a finales de los 70s. Dijo que "la sinistra" lo queria comparar con el dictador argentino que llevaba a los opositores en un avión y que cuando estaban sobre el mar lanzaba una pelota al vacío y les decía a estos contradictores que fueran a jugar con ella. Quien conozca la verdadera historia de los macabros vuelos de la muerte encontrará sin duda que el chiste de este carismático lombardo es bastante repugnante. La cosa sería tal vez más tolerable si Italia fuera bajo la égida de Berlusconi un modelo a seguir. Pero con sus niveles de desempleo y corrupción, está muy lejos de serlo:

http://es.wikipedia.org/wiki/Vuelos_de_la_muerte

Uno que seguramente conoce muy bien la historia de los vuelos de la muerte es Adolfo Pérez Esquivel, premio Nobel de paz en 1980 que fue duramente perseguido durante la dictadura de Videla en Argentina. A este estudioso de varios conflictos en el mundo le acaban de llover copiosos insultos por parte de otro carismático y electoralmente victorioso líder quien se sintió ofendido por los señalamientos de Pérez Esquivel sobre el conflicto colombiano. Fiel a la ya mencionada máxima según la cual quien difiere de tus opiniones es tu enemigo, el ex presidente de Colombia, Alvaro Uribe, ha llamado a Pérez Esquivel un promotor del terrorismo. No sé cuántas veces ha respondido Uribe con insultos a quien osa cuestionarlo. Tampoco sé cuántos más lo hacen, seguramente mucchos, de derecha, de izquierda, o de cualquier intención política. Pero esto me sirve para ejemplificar cómo la democracia participativa en una sociedad corrompida, lejos de crear líderes ejemplares, lo que crea es egos incontrolables que terminan por reaccionar como gatas en celo frente a toda forma de crítica, y lo que es peor, a asumir como cierto que su pensamiento ha de ser Ley.

Los hechos en Medio Oriente están demostrando que el apoyo popular es algo mucho más efímero de lo que desearían aquellos que alguna vez llegaron a acariciar la idea de perpetuarse en el poder, y que al final lo que queda son las acciones que cada presidente decidió ejercer usando ese poder conferido por el aturdido pueblo para mantenerse en el poder, o para hacer uso de él en beneficio propio. No hay razón entonces para no criticar a un Presidente cuando se tienen razones morales o de principios para hacerlo, aún si su popularidad es más grande incluso que su propio ego. No hay razón entonces para no exigir que la democracia participativa en nuestros paises venga acompañada de un verdadero cambio social y educativo que ponga al elector a la altura de los retos que la sociedad le impone. De lo contrario, elegir a un Uribe es siempre potencialmente tan peligroso como elegir a un Gaddafi.

miércoles, febrero 02, 2011

News from Egypt

From D****, a good friend of mine living in Cairo. Judge yourselves.

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Dear ALL,
Thnx to all of you concerned! Me and my family are all fine. except for the extreme exhaustion, psychological stress and anger, we are all fine. My sister is the one who goes to demonstrations in Tahrir square all the time. I don't go, because I lose my temper already in gas stations when some jack ass says "and did these young protesters ask any of us if we want these demos, now look at the chaos they made"...I swore at him, my parents holding me back in the car and then from inside the car showed him the finger. I donated blood and stay on phones all day long and cook and help at home waiting for the demonstrators, my sis and some of her friends who also from time to time stay in our house to come back.

This is not the end and he has to leave. Is a president who let 6000 prisoners out of prison looking for any peace in this country???? NO!!! but he is smart, he is one of the smartest jack asses on earth, he caused anarchy, scared the shit out of all families and everybody who did not go out in the street and reached the stage that so many people are now saying "No, but look we need to tolerate him until the next elections and he will not candidate himself, but at least he will restore order and we were safe in our houses when he was there"

RIGHT!!!! and that is exactly what he wanted to reach. Is a president who send his party out to the streets RIGHT NOW calling for Mubarak to candidate himself for a 6th presidency period, looking for any peace, or democracy?? How can 6000 prisoners "ESCAPE""""" at the same time, same night, same moment, if nobody did INTENTIONALLY let them out???????????

he caused anarchy, fear among citizens and everybody, we collect water in our bath tubs, buy food to keep us going for a few weeks and things in supermarkets are from 1LE to 4 LE now. BUT, he succeeded in reaching a point where all want him back, because at least we felt safe in our homes and did not have our sons, neighbors, cousins and male friends out in the street with iron sticks, self defense and electric shockers to protect our properties and lives.

Problem is that none of the oppositional leaders is taking any clear stand point to that, those young people protesting now need a leader to look up to, but opposition are very slow in their statements and responses, they r losing credibility. Except for the Muslim Brotherhood , which is another problem and nobody really wants them either, but they r the only ones against the current "still" regime now, who are taking a clear stand to things now.

How it really all started was that these facebook Youth , how they are referred to now, have been mobilizing themselves for years on facebook, but were not taken serious, or were tortured, arrested and interrogated, they are the ones who started the movements on the 25th and the 28th of January, which escalated to what it is now. It escalated ,because these facebook youth belong to the well-off classes in Egypt; the intellectuals. When THESE WERE THERE, THEY BROKE THE FEAR OF THE MILLIONS WHO HAVE BEEN OPPRESSED, LIVING UNDER EXTREME POVERTY AND CONDITIONS!!!! AND THESE ARE THE ONES WHO CANNOT BE STOPPED NOW!!

many of them already lost family members in the past few days and they are willing to shed more blood and sacrifice more lives if he does not step down. It is now a bottom-up movement and this is what's makes it dangerous, these people would lose all , but not live int he same Egypt under the same regime again and even me, as somebody who practically speaking did not suffer much under this regime, I DO BELIEVE HE JUST HAS TO LEAVE, OR DIE HERE, BUT WE DO NOT TRUST HIM ANYMORE, WHY WOULD HE CHANGE OVER NIGHT AND BRINGING THE MINISTERS HE KEPT FOR HIS SON'S REGIME NOW, IS NOT A SOLUTION!!!!!!!

I and many others do not know what to think anymore, we know if he just leaves it will be chaos and we know if he stays, he will become worth than before, but we do not trust him, nor his nice words "WORDS AND SPEAKING IS WHAT EGYPTIANS HAVE BEEN PERFECT AT FOR AGES" , but people are aware fo that now and do not listen without questioning. still we have millions out in the streets who never had adequate education and do not understand the problem of not having a respected leader to look up to now. we wait for the opposition, but hope it will not be the Muslim Brotherhood.

lunes, enero 31, 2011

El Génesis Revisado

En el principio, Dios creo múltiples Universos. Y cada Universo era regido por leyes naturales diferentes, dictadas por probabilidades cuánticas. Y el espíritu de Dios se movía de una dimensión a otra.

Y dijo Dios, hágase la luz, y la densidad del Universo se hizo tan baja que los fotones pudieron propagarse libremente por el espacio. Y separó Dios la luz de la materia. Y a las partículas de luz las llamó bosones y a las de materia las llamó bariones. Y fueron los primeros segundos del Universo.

Luego dijo Dios: haya expansión del Universo, y a regiones distantes del Cosmos las conectó causalmente con un período de expansión inflacionaria y dejó que el Universo siguiera luego creciendo de manera acelerada. Y así fue. Y a la creciente estructura la llamó espacio-tiempo.

Y dijo también Dios: fórmense aglomeraciones de densidad en el Universo temprano y júntese la materia oscura en torno de estas aglomeraciones para que haya estructura en el Universo a medida que éste se expanda. Y así fue.

Y luego dijo Dios: Emerjan de las aglomeraciones cúmulos galácticos y galaxias, galaxias que formen estrellas según su naturaleza y que contengan la semilla de nuevas estrellas que nazcan y encuentren su fin de acuerdo con su masa. Produjéronse pues galaxias espirales, elípticas e irregulares, y cada una formaba estrellas en su interior, de aceurdo a su naturaleza. Y vio Dios que era bueno.

Entonces dijo Dios: que las lumbreras estelares tengan discos protoplanetarios, y que de esos discos se formen planetas de todo tipo que de sus estrellas reciban energía y que las orbiten y giren también en torno a sí mismos para que en cada uno haya días y años.

E hizo el Señor muchos planetas, grandes y pequeños, y a algunos les dio gruesas atmósferas y a otros sólo una superficie rocosa, y a algunos los proveyó de satélites naturales y los hizo girar en gran variedad de órbitas alrededor de todo tipo de lumbreras. Y vio Dios que todo era bueno.

Dijo Dios: produzcan los planetas seres vivientes, que evolucionen en sus variadas superficies. Y creó Dios la vida basada en el carbono, en el fósforo, pero también en el arsénico. Y creo los eucariotas, que evolucionaron de acuerdo con la selección natural hacia formas de vida más y más complejas, y poblaron los mares y los cielos de los muchos planetas que había creado el Señor. Y vio Dios que era bueno.

Y dijo Dios: que produzca la evolución todo tipo de criaturas, de variados tamaños y adaptaciones, y que se reproduzcan en las profundidades de las aguas y en el interior de las calderas volcánicas, y que haya extinciones masivas y explosiones cámbricas, y que surjan y desaparezcan especies enteras en muchos de los planetas que existen.

Y dijo Dios: que algunos de éstos seres desarrollen cerebros, y conciencia de sí mismos, y que utilicen herramientas de su propia concepción para modificar su entorno, para que se desplieguen por sus respectivos planetas y domestiquen animales y cereales, y que dependan de sí mismos e inventen la filosofía, la religión y la ciencia, y que escriban este Génesis y justifiquen así Mi existencia.

Y bendijo Dios a estas civilizaciones técnicas. Y les dijo: progresad, expandíos por el Cosmos hasta que encontréis vuestra propia destrucción o la existencia de vuestros similares y entendáis vuestro lugar en el Universo que he creado. Y creadme a Mí como Yo os he creado a vosotros, para que luego entendáis que no soy necesario para explicar vuestra existencia.

Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera.

sábado, enero 15, 2011

La verdadera amenaza

La semana pasada un desequilibrado mental llegó a un supermercado de Tucson, en el árido desierto de Arizona que colinda con México, y sin mediar palabra descargó su pistola semiautomática Glock contra una congresista de los Estados Unidos y quienes allí se reunían para dialogar con la política. Seis muertos, la representante luchando por su vida con el cerebro atravesado por una bala y un estado de conmoción que ha llevado a Obama, un presidente con más ganas que margen de maniobra, a dar un aplaudido discurso de unión en el campus de la Universidad de Arizona, es el resultado a corto plazo de tan aciago tiroteo.

Los americanos, por supuesto, se sienten nuevamente amenazados, un estado de ánimo al que se han acostumbrado no digamos desde el 11 de septiembre de 2001, que ya nos parece lejano, sino desde mucho más atrás en la historia, a principios del siglo pasado, desde que la primera potencia del mundo dedujo que sólo una estrategia de miedo y terror podía mantener unidos y aceitados los engranajes de su imperio económico y empezó a ver enemigos por todas partes: los negros, los japoneses, los Nazis, los comunistas, los musulmanes, los narcotraficantes, y hasta los extraterrestres, a quienes Hollywood usa como actores de reparto cada vez que se le antoja destruir la ciudad de Nueva York. Aún peor: la gran potencia ve en los amigos de hoy enemigos de mañana, como ha quedado plenamente registrado con las relaciones de amor y odio con dictadores tropicales, extremistas islámicos, y todo grupo político o armado que en algún momento fue útil a sus intereses para luego caer en desgracia con el imperio.

Pero no contentos con llevar su estrategia de ataque preventivo a los campos empobrecidos de Vietnam, Iraq, Afganistán, y tantas otras naciones que se han visto arrasadas por la llegada de la democracia salvadora, aun cuando el precio que tengan que pagar sea ver morir a niños indefensos bajo el trueno implacable de los F-117, como lo revelaron tristísimas imágenes divulgadas por Wikileaks; han querido además inundar sus aeropuertos con la paranoia de la persecución. Nada más estresante y humillante en éstos tiempos de miedo que transitar por un aeropuerto gringo, donde todo el mundo ahora es sospechoso, donde todo pasaporte indica una posible amenaza, donde todo cargamento es susceptible de requisa.

Me sucedió hace dos semanas: un oficial de inmigración encontró altamente sospechoso que un colombiano viajara a México desde suelo americano sin pasar por Colombia, que está tan cerca. Así que tras una sesión inquisitorial de preguntas acerca de mi carrera, mis viajes, mis recursos y mi equipaje, ordenó que se abriera mi maleta. No ordenó que espicharan mi champú y lo regaran sobre mi ropa, pero esto no fue impedimento para que los voluntariosos oficiales abre-maletas lo hicieran de todas maneras. Me fui a Europa irritado, no tanto por ser uno más de los sospechosos del aeropuerto, sino por la inevitable sensación de ser un criminal peligrosísimo sin ni siquiera proponérmelo. Y mientras tanto, los narcotraficantes siguen pasando.

Tal vez los americanos nunca se den cuenta de que la verdadera amenaza viene de dentro. Viene de gente idiotizada por los medios de comunicación, la paranoia y el consumismo que un día cualquiera decide hacer justicia por su propia mano, como Jared Loughner, el pistolero solitario de Tucson. Tal vez no se den cuenta de que la paranoia que impulsó a este estudiante frustrado a matar a sus compatriotas es la misma paranoia que impulsa al Departamento de Defensa a enviar bombas asesinas contra niños iraquíes que duermen en el suelo de la media luna fértil sin imaginar siquiera que esa noche terminan sus anhelos y sus sueños. Sólo que en el último caso la paranoia tiene por armas ya no una pistola semiautomática Glock, sino el arsenal nuclear más poderoso del planeta.

Pero si los americanos no reaccionan, al menos deberían hacerlo los gobiernos de los países cuyos ciudadanos sufren las consecuencias de este miedo infundado. Deberían hacerlo los gobiernos pacíficos del medio oriente, y los gobiernos de los países latinoamericanos, actuando en bloque, para que a sus ciudadanos se les deje de escudriñar como a criminales en los aeropuertos de Norteamérica. Deberían levantar la cabeza dignamente y dejar sentado que a nosotros también nos asustan los Jared Loughners que acechan en la oscuridad esperando por una opotunidad para disparar, pero que sin embargo aun recibimos con los brazos abiertos a los ciudadanos de Estados Unidos que quieran visitarnos. Y que queremos un trato igual. Así de simple.