sábado, marzo 19, 2005

Hogerheijde

¿Cómo se supone que se pronuncia este nombre holandés? Mel, cuya lengua materna es el inglés, cree que los holandeses hablan de atrás para adelante: cangrejos de la oratoria. Desde su oficina lejana, muy cerca del viejo edificio original de Sterrewacht Leiden, el Dr. H (léase Michiel Hogerheijde) me ha escrito un correo para invitarme a una amena entrevista telefónica. El próximo miércoles tendré el honor de saludar por primera vez a quien con cierta probabilidad puede ser mi "padre intelectual" durante los años siguientes. ¿Nervios? Por supuesto. Esa entrevista significa mucho, y no sólo en el ámbito puramente académico. De hecho, ayer sentí que esa entrevista significa casi todo para mí en este momento.

Será la primera entrevista que me hagan con propósitos académicos. David me ha aconsejado que tome al toro por los cuernos y sea yo quien regule el ritmo y el contenido de la charla trasatlántica. Yo creo que es, en efecto, una excelente idea; pero, ¿me dejarán mis nervios? Dicen que el Dr. H es muy dulce (Isabel Oliveira habló con él hace tres semanas, allá en Leiden), pero puede que de repente saque sus garras y me bombardee sin piedad con preguntas complejas y laberínticas. Yo, en mi oficina sin ventanas del Bloomberg building, puedo llegar a sentirme física e intelectualmente encerrado.

Si lo pienso con más calma, lo que acabo de expresar son los nervios corrientes que todo el mundo siente cuando van a exponerlo a esa incómoda picota que se llama una entrevista. Pero creo que lo que siento va más allá de eso. Lo que realmente me preocupa (¿o me emociona?) es lo que va a pasar después. ¿Y si el Dr. H termina por llevarme para Holanda? En ese caso, pasaré a lo sumo dos semanas en Colombia, en agosto próximo, tratando de prepararme para irme otra vez, esta vez por cuatro años, lejos de los que quiero. Eso es difícil de asimilar, tanto más cuanto que muy a menudo siento ganas infinitas de hacer las cosas cotidianas que hacía en Bogotá, con mi familia, con mis amigos, y quedarme en ese mundo bonito, en el Valle de los Alcázares.

Pero, ¿Y si el Dr. H me rechaza? Bueno, en ese caso regresaré a Bogotá y pasaré allá varios meses, mientras aplico de nuevo para mi grad school, en alguna universidad de este país. Siento que unos meses en Bogotá serían perfectos, pero también siento que serían meses improductivos, sin contar con que mi ego se vería afectado si no me aceptan en Leiden (bueno, no mucho, sé que no es fácil).

En resumen, ahora mismo no sé qué será de mi en el futuro próximo y, lo que es peor, no sé cuál de los posibles destinos sea el que me guste más. En estas circunstancias, emocionantes e incómodas a la vez, no me queda más que preguntar: ¿Y ahora, quién podrá defenderme...?

A propósito, aquí está el Dr. H:

1 comentario:

Juanita dijo...

Rafita ... me parece muy acertado el consejo que te dio David (me refiero a él como si lo conociera ...)
Lo importante es la actitud ... tienes que estar seguro de lo que sabes (que no es poco ... te lo aseguro).

Sé que te va a ir bien y que el Dios Azar decida!!! Bien sea que solo tengamos el placer de tu visita por unas pocas semanas o unos pocos meses.